121 oraciones de ejemplo con atarlo

" Vaya, está visto, hay que atarlo ... "y finalmente si Matilde algún día cediere a mis votos, y consintiere en recompensar con el don de su mano tanta constancia y cariño, que usted nos niegue entonces y después su licencia, por más que ella lo solicite, y por más que usted mismo lo apetezca, hasta tanto que yo se la pida a usted en papel sellado.

Nadie podía atarlo, ni siquiera con cadenas, 005:004 aunque a menudo lo habían atado con lazos y cadenas, él rompía las cadenas, y hacía pedazos los lazos.

Pero el sustantivo Moral, que estaba en un rincón atándose un hilo en la que se le había roto en la anterior refriega, se presentó, atrayendo la atención general.

Pero como tenía empeño en limpiar de toda culpa a su Mesía, a su señor, al hombre a quien se había entregado en cuerpo y en alma por toda la vida, según ella, pronto le disculpaba, reflexionando que «el pobre Álvaro hacía aquello por amor, por arrojar del pensamiento de su Ana todo escrúpulo, todo miramiento que pudiera atarla al viejo que había hecho de lo mejor de su vida un desierto de tristeza».

Atándose los cordones de la bata saludó a un viejecillo que entraba haciendo reverencias con un sombrero de copa alta muy grande y muy grasiento.

Si el señor marqués de Ulloa supiese que tenía en casa al traidor, con atarlo al pie de la cama y cruzarlo a latigazos....

Ahora es necesario que te pases la venda por detrás de la espalda, para atarla después aquí encima.

Pero esa tarde, apenas hubo terminado la operación consistente en anudar fuertemente una cuerda alrededor del trozo de puerco, arrollar a aquélla, según las reglas, en la llave de la puerta, pasarla a través del anillo y atarla al gancho de la chimenea, cuando se acordó de que le era indispensable un ovillo de cordoné muy fino para comenzar una pieza en el telar, al día siguiente muy temprano.

En una media hora estuvo limpia, habiendo Silas vuelto la espalda para ver qué haría con la faja de lienzo; la tiró al suelo, pensando que Eppie se quedaría quieta el resto de la mañana sin que fuera preciso atarla.

Volví a ver en el recuerdo mil cosas de ella que me eran ignoradas o que no me habían impresionado, ciertos gestos que sin ser nada resultaban encantadores, reconocí llena de gracia la costumbre que tenía de retorcerse la cabellera sobre la nuca y atarla por medio formando negro haz.

Dos veces en cada veinte y cuatro horas, el mismo marinero traía de comer a Tom, le desataba las manos, y así que acababa su frugal comida, volvía a atarlo de nuevo.

Antes calentaría muy bien las orejas a su madrina; le diría que era una indigna mujerzuela, una criatura vil y perversa, y que si otra vez osaba maltratar a aquella pobre niña desvalida, iría a su casa a cortarle las orejas y atarla después por el moño a la cola de su caballo y arrastrarla así por toda la ciudad.

Con su ayuda pudo levantarse, y con la de los vecinos que acudieron al ruido se logró sujetar al loco y atarlo con la misma cuerda que aprisionaba a la desgraciada criatura.

¡Bravo! Si no es más que por eso, no hay que atarlo, porque no desairaré nunca a una muchacha tan salada.

El pañuelo era el vendaje de la herida del brazo de Rubén; y al atarlo en el árbol juró, por la sangre de que estaba manchado, que regresaría, ya fuera para salvar la vida de su compañero o para depositar su cuerpo en la tumba.

Las convulsiones de la joven eran tan violentas que fué necesario atarla los brazos al cuerpo y los pies a los pilares de la cama, mientras Alfonso agotaba los recursos de su menguada ciencia casera poniéndola un pañuelo empapado en amoníaco debajo de la nariz, friccionando sus muñecas con alcohol, apretándola fuertemente entre sus manos el dedo que llaman del corazón y rociándola con agua los ojos y la frente.

Habian sentado á Luisa y comenzaban á atarla fuertemente contra el aparato los piés, los brazos y la cintura, sin que valieran en nada sus esfuerzos.

necesitaría una cuerda para atarlo.

el pobrete con la contestación del rey, alzó, como digo, la moneda del suelo, besóla con muestras de humildad, y después de atarla en un pico del guiñapo blancuzco que le servía de turbante, se dirigió poco á poco hacia la aldehuela de Trasmoz.

Ellos, temiendo la reconvención del padre, sacaron un carro de mulas, de hermosas ruedas, magnífico, recién construído; pusieron encima el arca, que ataron bien; descolgaron del clavo el corvo yugo de madera de boj, provisto de anillos, y tomaron una correa de nueve codos que servía para atarlo.

» A algunos les arrastra hasta el mismo suelo, y ellos la manejan perfectamente, moviéndola a uno y otro lado, como un elegante juguetea con su bastoncillo; así es que cuando se va de viaje, es costumbre doblarla y atarla arriba, a la moda de las antiguas coletas de nuestros marineros.

tomó el cinto de Pablo, y atándose los piés y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Al varon, cuyo es este cinto, así le atarán los Judíos en Jerusalem, y le entregarán en manos de los Gentiles.

9 Y este tenia cuatro hijas doncellas, que profetizaban. 10 Y parando nosotros [allí] por muchos dias, descendió de Judéa un profeta llamado Agabo; 11 Y venido á nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los piés y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalem al varon, cuyo es este cinto, y [le] entregarán en manos de los Gentiles.

¿Y atarlo á una reja...? * * * * * Pero este artículo sería interminable si me detuviera á enumerar todos los méritos y servicios de ese nuestro camarada de glorias y fatigas.

10 y parando nosotros allí por muchos días, descendió de Judea un profeta, llamado Agabo; 11 Y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

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