175 oraciones de ejemplo con dosel

dosel, m., canopy, dais.

La puerta de los Apóstoles, vieja, rojiza, carcomida por los siglos, extendiendo sus roídas bellezas á la luz del sol, formaba un fondo digno del antiguo tribunal: era como un dosel de piedra fabricado para cobijar una institución de cinco siglos.

Costábale trabajo resolverse, y permanecía refugiada en el rojo dosel de la cortina, cruzando las manos sobre el peinador de percal blanco, que rayaban con doble y largo trazo, como de tinta, sus sueltas trenzas.

Coronaba el estrado un magnífico cuadro de la Dolorosa, Nuestra Señora del Recuerdo, titular del colegio, y a su derecha presidía el acto el cardenal arzobispo de Toledo, bajo riquísimo dosel, y el rector y profesores del colegio sentados en tomo.

El arco iris formaba en torno de su cabeza un dosel de esmeralda.

Vió el pueblo bajo un dosel obscuro moteado de chispas y brillantes pavesas.

Adornaba la testera principal de la sala el magnífico dosel, cuyo centro ocupaba el retrato del rey Fernando VII.

Apenas si veía brillar confusamente sobre el tablado las labores de plata de los negros terciopelos, las armas de la Inquisición y del Rey bordadas sobre el morado dosel que exornaba los sitiales carmesíes, y, hacia el centro de la plaza, el oro del frontal color de sangre que prescribía la liturgia de aquel tremendo holocausto.

La sultana de la Andalucía se entregaba al sueño debajo de su espléndido dosel de estrellas.

Allá en el fondo, debajo de un dosel de damasco marchito, estaban sentados en sendos sillones de terciopelo los tres magistrados que componían el tribunal.

Los oficiales que lo componían estaban sentados detrás de una larga mesa, vestida de damasco encarnado, debajo de un dosel de terciopelo que, en otro tiempo, cuando no estábamos en república, había servido para dar realce y prestigio al retrato del monarca.

En último término se levantaba un dosel, no de muy buen gusto, bajo el que está sentado el Monarca de Judea, vestido con un traje que nada tiene de adecuado, y mucho de impropio.

los individuos del Santo Oficio, muy graves y muy cejijuntos, sentados bajo un rico dosel, y con ellos estaban en lugares determinados el Asistente de la ciudad, el Alguacil Mayor, el Alcalde de las cárceles secretas, los Comisarios y muchos dependientes de la Inquisión, y padres de distintas órdenes.

Allí estaban sus queridas plantas; aquel tupido follaje que le servía de dosel en las horas de sol, y hasta distinguía las blancas y gentiles campanillas que se desperezaban entre las hojas y reanimadas por el fresco de la noche abrían sus boquitas de fino raso enviándola su aliento de perfumes.

¡La aurora avanza de esa luz bendita! Pero mientras los ímpetus tiranos de expoliación y odio no concedan todo el globo por Patria á los humanos, á mis labios dejad que, libres, puedan Patria llamar á la región querida donde en goces de amor las horas ruedan; donde la paz fructífera se anida bajo el regio dosel de los palmares, en que repite el aura embebecida

Ángeles quería no llegar nunca a su casa, seguir así un camino largo y dulce hasta el cielo calmoso y pálido que la servía de dosel.

Pero, más claros los cielos de su cara, mejor vieron cómo todo el dosel peregrino de la noche estaba empañado del terrible secreto de su vida... Cayó Rosa de hinojos en la media penumbra de su cuarto, y en el acusador espejo del celaje vió pasar, luminosa y desnuda, toda la historia de su traición.

En un gran sitial, y debajo de un gran dosel de damasco encarnado, en cuyo centro recamados de oro y plata se ostentaban los blasones de la monarquía española, y enfrente de una mesa cubierta de espedientes, libros y pergaminos, el virey dictaba sus autos y sus acuerdos.

Fieles que me acompañais en estas persecusiones y tribulacion de nuestra santa madre iglesia, os cito por testigos ante Dios y S. M. el rey, de que las peticiones que he traido, no me son admitidas por la Audiencia, y las deposito bajo el dosel y en la mesa de sus acuerdos.

Y levantándose majestuosamente atravesó el salon, y en medio de los gritos y de los aplausos, depositó bajo el dosel y en la mesa, las peticiones que traia.

Los dulcísimos ojos registraron el cielo con una mirada de angustia, pero ausente la luna veladora, esquivas las estrellas y pálido el celaje, el amplio dosel de la noche se mostró cerrado a la muda plegaria de la moza; hasta la estrellita ardiente donde ella prendió un momento antes la hoguera de sus ensueños, se había escondido, casquivana, detrás de un banco de nubes.

Mi cama, por ejemplo, es salomónica, primorosamente torneada, incrustada de bronce, con monumental copete y dosel altísimo, de donde cuelgan pingajos de damasco ayer rojo y galón ayer dorado; es mueble que si se restaura quedará precioso, y cuando yo tenga un real y muchos cuartos lo compondré para ofrecérselo á mamá.

Con tanto ardor se trabajó aquella mañana, que antes de las dos ya quedó todo colocado con buen concierto y arte sumo, y en medio y en alto, bajo el dosel riquísimo de la cama imperial, Fidela dormía su sueño largo, largo, con ese abandono absoluto, tan solemne como triste, de la cosa inerte, imagen marchita de lo que tuvo vida y movimiento.

) Seais, señora, bien venida A este, aunque humilde dosel Del mayo y el sol, ya esfera De verdor y rosicler.

, diciendo: 9 Toma con tu mano piedras grandes, y cúbrelas de barro en un horno de ladrillos que [está] a la puerta de la casa de Faraón en Tafnes, a vista de hombres judíos; 10 y diles: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo envío, y tomaré a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y pondré su trono sobre estas piedras que escondí, y tenderá su dosel sobre ellas.

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