25 oraciones de ejemplo con mazamorra

42 Vení, a la carne con cuero, la sabrosa carbonada, mazamorra pien pisada, los pasteles y el güen vino... pero ha querido el destino que todo aquello acabara.

197 Y dentró al baile muy tiesa con más cola que una zorra, haciendo blanquiar los dientes lo mesmo que mazamorra.

963 Aquel que tiene güen nombre muchos dijustos se ahorra, y entre tanta mazamorra no olviden esta alvertencia: aprendí por esperencia que el mal nombre no se borra.

Luego, de allá, del fondo de la memoria, surgía la figura de un semigaucho, que con reminiscencias de vidalitas, ofrecía su mazamorra batida, y tras él un negro pastelero, que silbaba y muy echado para atrás, muy ventrudo, llevando en la cabeza un gran cajón de factura, soplaba como un fuelle: "ta tapao; meté la mano".

Probablemente los limeños del siglo anterior se engolosinarían con la mazamorra, cuando los provincianos les aplicaban a guisa de injuria el epíteto de mazamorreros.

A la inofensiva mazamorra la tenemos relegada al olvido, y como dijo mi inolvidable amigo el festivo y popular poeta Manuel Segura: Yo conozco cierta dama que con este siglo irá, que dice que a su mama no la llamó nunca mama, y otra de aspecto cetrino que, por mostrar gusto inglés, dice: yo no se lo que es mazamorra de cochino.

A la inofensiva mazamorra la tenemos relegada al olvido, y como dijo mi inolvidable amigo el festivo y popular poeta Manuel Segura: Yo conozco cierta dama que con este siglo irá, que dice que a su mama no la llamó nunca mama, y otra de aspecto cetrino que, por mostrar gusto inglés, dice: yo no se lo que es mazamorra de cochino.

¡Viva mi Pepa! Impulso de blandir cachiporra nunca a nadie inspiró la mazamorra, que ella no daba bríos para andarse buscando desafíos, ni faltar al respeto cortesano a la mujer, al monje o al anciano.

] V MATALOTAJE «Así Dios me ayude, escribía D. Fernando Colón en la Historia de su padre, que vi muchos que esperaban la noche para comer la mazamorra por no ver los gusanos que tenía, y otros estaban ya tan acostumbrados que aun no quitaban los gusanos aunque los viesen, porque si se detuviesen á esto perderían la cena.

Al volver hacia su casa le acompañaba igualmente el recuerdo de la tierra americana, pensando con delectación en que las dos chinas habrían atropellado la dignidad profesional de la cocinera francesa, preparando una mazamorra, una carbonada ó un puchero á estilo criollo.

Tanto o más; y el modesto plato de mazamorra ha tenido también sus Whittiers, que han cantado, como él, aunque en otra lengua, los méritos del clásico tazón familiar.

Lo tenéis todo por delante en fuentecitas japonesas, desde el caldo y la mazamorra de avena (oat-meal) hasta el asado y la fruta; podéis picar en contorno como en un ejercicio de «copófono»; se establece un equilibrio de temperatura entre los platos diversos, de suerte que, al postre, si el café está un poco frío, en cambio el helado resulta casi caliente.

Picar leña y pisar mazamorra dentro del galpón no constituían entretenimiento verdadero; y componer o confeccionar «garras», era imposible, pues sólo un maturrango ignora que no se pueden cortar tientos ni trabajar en guascas en días de humedad.

Venía la carne con cuero, La sabrosa carbonada, Mazamorra bien pisada, Los pasteles y el güen vino...

Y dentró al baile muy tiesa, Con más cola que una zorra, Haciendo blanquiar los dientes Lo mesmo que mazamorra.

Era costumbre que durante el tiempo que permaneciese el altar, los dueños debían convidar en las mañanas, mazamorras de harina de maíz que las servían humeantes y haciendo burbujas en los platos, a consecuencia de pequeñas piedras planas y caldeadas que soltaban en ellos, el momento de invitarlas a los visitantes.

Tan bien iban las cosas, que esa mañana el almuerzo fué mejor todavía que la cena de la noche antes, porque, además de puchero, hubo gallina con arroz, tortilla, mazamorra con leche y dulce de membrillo.

Siempre encontraba la madre cerca de ella la riquísima cazuela de ave, el excelente ulpo de harina tostada y la sabrosa mazamorra, los mejores remedios, los dos últimos, para que las que crían tengan leche buena y abundante.

Al día siguiente vino mi madre, trayéndome una olla de mazamorra, una caldera, hierba y azúcar; hizo ella misma el fuego en el suelo, calentó agua y me cebó mate.

¡El hombre se pone tan bruto cuando ve que ha hecho mal! Una caldera llenita me tomé de mate y toda la mazamorra, que estaba muy rica.

Se pusieron de pie todos, me saludaron atenta y respetuosamente, y antes de que hubiera tenido tiempo de acomodarme en el asiento que me designaron, me pusieron por delante un gran plato de madera con mazamorra de leche muy bien hecha.

Comí, pues, el plato de mazamorra sin ceremonias.

Hablamos de una porción de cosas insignificantes, mientras duró la mazamorra, que á eso sólo se redujo el almuerzo.

Señorme dijo la mujer de Villarreal,lo hemos esperado hasta hace un momento con unos corderos asados, pero viendo que era tan tarde y que no llegaba, creíamos que ya no sería hasta mañana y acaban de comérselos los muchachos, que ahora se están divirtiendo; no han quedado más que los fiambres y la mazamorra, ¡siéntense! ¡siéntense! estén ustedes como en su casa.

Trajeron unas cuantas gallinas cocidas y una hermosa olla de mazamorra muy bien preparada, tortas hechas al rescoldo y zapallo asado.

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