¡Puf! Para ese viaje no necesitamos alforjas....

¡Puf! ¿Pero desolláis aquí también las reses, o qué?

Pues Julieta estrenó un vestido de color de huevo estrellado, con sobrefalda de puf, y un enderezo de rubines y trompacios.

Habían empezado por emborracharle con un licor dulce que ahora le estaba dando náuseas, un licor que le había convertido el estómago en algo así como una perfumería... ¡puf! ¡qué asco!; después le habían hecho comer más de la cuenta y beber, últimamente, de todo.

Por sorprendente que parezca la noticia, la acuidad del sentido del olfato es notable en las cigarreras: diríase que la nicotina, lejos de embotarles la pituitaria, les aguza los nervios olfativos, hasta el extremo de que si entra alguien en la fábrica fumando, se digan unas a otras con repugnancia: «¡Puf, huele a hombre!».

) ¡Puf!, ¡pues es verdá y muy verdá!

¡Puf!, ¡qué blasfemia! "Id en mal hora; e jardinero os recoja para sus eras, que non limpia e aseada dueña doña Aldonza.

En contraste con ella, toda malicia, gracia e inteligencia, la baronesa de Montevideo, sentada en un puf turco, vestida toda de raso coral con guiones de terciopelo azul; menuda, frágil, los ojos verdes de gata, y el pelo de oro rabioso subrayaba los equívocos con risitas burlonas o hacía comentarios cortantes como filos de cuchillo, y daba empujones con el codo a Escipión Cimarra, que pretendía compartir el asiento con ella.

¡Puf! Llamé a la puerta del aposento de Yolanda; nadie respondió.

¡Puf! Oyes, Carlota, ¿tu marido compra por fin mylord o faetón?

dijo Pecson, allí está el guante, ¡á recogerlo! ¡Puf! ese no es ningun guante, pero por el olor parece un calcetin.

¿Quién te ha dado esa inmundicia? ¡Puf!... ¡huele a patchoulí! Debe ser alguna guaranga, degradada como tú... ¡Esta me la has de pagar!

¡Puf...! Estas son costumbres de advenedizos.

¡Limpiabotas! ¡Puf! Lo último que él sería en este mundo.

Y así seguía el juego por largo rato, ellos aguantando un diluvio de agua que los dejaba ensopados, y ellas recibiendo los huevos de cera, que se estrellaban en sus manos, perfumándolas con esquisitas esencias, no sin que de vez en cuando se oyese a alguna gritar: ¡Puf! Está podrido.

" De pronto, ¡puf!, "Malpelo", que se había vuelto para colocar de nuevo las herramientas en la esportilla, oyó un estruendo sordo, como el que hace la arena traidora cuando se despanzurra toda de una vez, y se apagó la luz.

Yo le he visto apostrofando á la metafísica cual si tuviese la calavera de Yorik en la mano; y como Hamlet arrojarla diciendo: «¡qué olor tan fétido, puf!»

¡Bah! ¿La de matasanos? ¡Puf! ¿La de procurador?... ¿La de escribano?... ¿La de catedrático?...

Alicia Pardo no pudo reprimir una exclamación grosera de disgusto: ¡Qué asco! ¡Puf!...

¡Anda! ¡El forastero The stranger, está riñendo en la plaza! fighting in the square! ¡Válgame Dios! ¡Qué bullicio! Good Lord, what a rumpus! Cómo se le arremolina How the crowd mills round! chusma...! ¡Y cómo la acoquina Look at him hold the ground él solo...! ¡Puf! ¡Qué estropicio! alone...!

El gaditano se apartó del balcón, y viniendo á sentarse en un puf bajito, y rogando á Asís con la mirada que ocupase el sillón, apoyó la cabeza, en el regazo de la dama.

Abro mi arca, y... puf.

Al llegar al río se tiró de cabeza, sin esperar siquiera a quitarse los zapatos.¡Puf, puf, puf!resopló el rey Midas al sacar la cabeza del agua.

sí, señora... al público, mucho... Sino que aunque ha gustado un poco, yo que usté en cuanto llegase a casa, lo que es las dos velitas de la Virgen, ¡puf! ¡puf!... (Hace la acción de soplar.

sí, señora... al público, mucho... Sino que aunque ha gustado un poco, yo que usté en cuanto llegase a casa, lo que es las dos velitas de la Virgen, ¡puf! ¡puf!... (Hace la acción de soplar.