50 colocaciones para digerido

Ea, don Luis, vuelve en ti; tu brazo la pica empuñe; el coselete en tu pecho al Otomano deslumbre; digiere aquel hierro ardiente que el tiro de bronce escupe.

Sorege, extendido en un sillón, parecía digerir la comida con una satisfacción completa.

¿No nos dice Píndaro que las desgracias todas de Tántalo le provinieron de no haber podido digerir su felicidad?

Este orden de superioridad irrefragable consisteél mismo acaba de decirlo alardosamenteen padecer una enfermedad del estómago; aunque es lo cierto que disfruta un buche de avestruz y que digeriría piedras volcánicas.

Una raza mal alimentada, no me canso de repetirlo, mal alimentada, que sólo digiere vegetales... y ahora voy á probar que la causa de todos nuestros males está en el cocido...

Nuestra piel, formada enteramente de boquitas, y que á su modo absorbe y digiere como el estómago, necesita acostumbrarse á tan fuerte alimento, á beber el mucus del mar, esa leche salada que constituye su vida, con la que hace y rehace los seres.

Y he aquí que el caballero, después de beber el último trago, se levantó, y juró que, á fe de hidalgo estudiante, era hora de acostarse, y digerir la cena con un sueño reparador.

Partió ayer, como te dije, por el ferrocarril del Havre ... Se ha ido á digerir su fastidio en la orilla del mar ... Se ha dado el golpe mortal ...

» Por más que dijese a don Aníbal, no pudo digerir el fruto del soneto, que se le había sentado en el estómago, y así, resolvió abandonarlo todo, no obstante que quiso envidar el resto presentando un memorial al duque de Lerma.

Abrió su negro pico, dejó caer el queso, y el muy astuto Zorro, después de haberle preso le dijo: Señor bobo, pues sin otro alimento quedáis con alabanzas tan hinchado y repleto, digerid las lisonjas mientras digiero el queso.

El ayudante, que no había podido digerir aún la afrenta hecha a su prestigio y a su amor propio, buscaba evidentemente el desquite; así es que se puso a apostrofar rudamente a la lujosa señora que, desde la entrada del oficial, no cesaba de mirarle, sonriendo con estúpida sonrisa.

Los patines tienen que ver con la accion que se representa, como yo con el califa de Badgad; pero si la ópera no tiene que ver, tiene que ver la empresa, tiene que ver el público que aplaude á los patineros y patineras; el público que digiere agradablemente viendo patinar; esto conviene al negocio, y el arte calla, cede, entra en el club, se hace cómplice.

Al recordar las canteras de trabajo rudo y aquellas chabolas, donde dormían amontonados los hombres, digiriendo con tragos de agua roja las cucharadas de alubias con tocino, sentían la voluptuosidad del egoísmo.

Luego conozco qué estómago le hacen á cualquiera los sucesos, si puede digerir las cosas.

Y Gabriel, después de digerir tranquilamente la leche que le sirvió su sobrina, bajó al templo, sin decir nada a la familia del trabajo que pensaba realizar.

La Bonnetable, no habiendo podido digerir la «incalificable agresión» de que fue objeto de parte de Francisca y de la mía, se había excusado.

Es decir, le he puesto en condiciones de digerir todo lo más repugnante.

Mi cabeza está vacía y mis venas hierven... Me incorporo, cierro el quitasol, y sin esperar á que miss Annie se vista y vista al chico, emprendo la cuesta que conduce á la torre de Portodorentre grupos de mimbrales, encinas, castaños, viñedos, oyendo el gluglu del agua en los molinos, y el silbo de los mirlos que, digeridas las cerezas de Julio, esperan las uvas de Septiembre...

Por la noche, cuando el americano se recoge y digiere tranquilo, en familia, copa tras copa, la copiosa cena que remata dignamente la serie de comidas que es uno de los más bellos ornamentos de la civilización yankee,

El estudio me entristecía; no tenía la cabeza robusta de mis compañeros que mordían y digerían el Vallejo como un manjar exquisito.

Se creyó suficiente para asimilarse y digerir los trabajos geográficos del Gimnasio vosgense.

¡Mire Vd. eso... que digiere tantos libracos, y no puede digerir un toston!

¡Napoleón, las Pirámides, Waterloo y una vieja criada de un registrador de colegio, una innoble usurera que tiene un cofre forrado de piel encarnada bajo la cama!... ¿Cómo digeriría Porfirio Petrovitch semejante comparación?...

Allá en su juventud, cuando, cansado de trabajar después de una frugal cena, iba á acostarse en una mala cama para digerir el gazpacho, se dormía pensando en una imagen sonriente, acariciadora.

No han digerido aún las ideas nuevas, y vomitan disparates.

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