594 oraciones de ejemplo con la piedad

Yo había adelantado algunos minutos á mis compañeros de viaje, y deteniendo mi escuálida cabalgadura, contemplaba en silencio aquella cruz, muda y sencilla expresión de las creencias y la piedad de otros siglos.

¡Hombre singular en tus palabras, á quien sin duda persigue algun remordimiento y á quien el delirio manifiesta las fantasmas! cualesquiera que sean tus terrores y tus penas, todavía hay consuelos para en la piedad de los hombres justos y en la paciencia....

Pero no es esto todo... Las pasiones, atributos de la tierra y del cielo, y de las cuales ningun poder, ningun ser está esento, desde el gusano hasta las sustancias celestes, las pasiones han devorado y han hecho de él un objeto tan miserable, que yo, que no puedo esperimentar la piedad, perdono á los que la sienten en su favor.

Alejaos, espíritus malignos, huid os digo; vosotros no teneis poder en los parages en donde se encuentra la piedad.

El Gloria in excelsis, ese cántico que la religión cristiana poéticamente supone entonado por ángeles y por niños, acompañado por alegres repiques, por el ruido de los petardos y por la fresca voz de los muchachos de coro, parecía transportarme con una ilusión encantadora al lado de mi madre, que lloraba de emoción, de mis hermanitos que reían, y de mi padre, cuyo semblante severo y triste parecía iluminado por la piedad religiosa.

Allí veía yo una casa de oración ...; allí el espíritu, inspirado por la piedad, podía elevarse, sin distracciones,... hacia el Creador para darle gracias y para tributarle un homenaje de adoración.

En el siniestro lado tenía una grande y muy negra verruga, que asemejaba un exvoto puesto en el altar de su cara por la piedad de un católico.

Bien me decía el padre Silvestre que la piedad en demasía es perjudicial, porque mata el cuerpo, sin el cual el alma no puede tener fortaleza.

Tanto oía anatematizar a todas horas la injusticia del testamento de su protector, que llegó a tener sospechas de semejante injusticia; porque si ella no era, por fin, hija del noble solariego, ¿qué era en aquella familia, y qué motivos había para que la piedad del testador la asistiese por encima de los naturales derechos de la hermana

En el dulce sopor de aquellas horas, cobijada por la piedad y el amor, Carmen sentía una secreta voluptuosidad en remover las imágenes espantosas de la casa de Rucanto y hacerlas desfilar en su memoria como una procesión negra, maldita y condenada.

, que los dos prados del beatífico propietario, eran de una manda hecha por la piedad de un abuelo de mi tío; y 2.

¡Oxalá, que como se le sujetan en lo que pudieran omitir sin hacerles falta, lo hicieran tambien en la piedad con que se subordinó á las verdades reveladas!

Se parecían en cierto entono amable y benévolo de hidalgas, en la piedad católica y en la profunda ignorancia.

Á pesar de la piedad suma de las chachas Victoria y Ramoncica, y de la devoción humilde de D. José, no podían tragar á D. Diego, y se mostraban escandalizados de los desafueros é insolencias de D. Fadrique.

Hallo extraña, para explicada sólo por una simpatía cualquiera, esa devoción de V., y recelo que la santita que se la infunde ha cautivado á V. con más dulces cadenas que las de la piedad.

Lo mismo sucedió á Constantinopla cabeza del Imperio Oriental; en quien juntamente se levantaron y merecieron el poder y la piedad por el grande Constantino; en cuyos sucesores se conservó, hasta la ira de Dios se ejecutó su castigo, entregándola por despojos á naciones extrañas, y en este tiempo casi forzada de pocos Catalanes y Aragoneses, á recibir leyes la que las daba á tantos Reinos y gentes.

La empresa que Godofre hizó á la tierra santa, con ser la mas ilustre de todas las que refieren las historias, en sus principios padeció este daño, por las competencias entre Tancredo y Baldovino, entre Boemundo, y el conde de Tolosa; porque siempre en algunos pudo mas la ambicion que la piedad, principal motivo de aquella empresa.

No me consolaría nunca si ustedes me tuvieran por un espíritu cerrado á la razón y á la piedad.

¿No será accesible á la piedad?

Tendré la piedad suprema, que él no tuvo conmigo, de sustraerlo á la vergüenza.

La piedad de los vagabundos andinos abrió una fosa en el suelo estéril para enterrar á esta mujer, apellidada Correa, y á su niño, colocando sobre los cadáveres un montón de piedras como rústico monumento.

» Y , hermana míaprosiguió, tomando en sus manos el joyel con el retrato y mirándolo con el rostro descompuesto por la piedad y la amargura, ¿dónde estás, en qué oscura mazmorra te encerré, a ciegas, que no doy con la entrada, aunque sangran mis pies de tanto caminar y mis manos de tanto tropezar a tientas? Te busqué, y no te he encontrado; te esperé, y no has venido.

Confieso que en aquella escena salvaje, pero llena del encanto de la fe y la piedad, encontré mas poesía y mas religión que en los cantos del vapor Bogotá.

Al contemplar todas esas figuras, bajo las sombras del templo desierto, se comprende bien la superioridad de los genios que, profundamente agitados por el sentimiento de la piedad y la idea cristiana, han creado un arte nuevo, dándole el sello de la majestad, la uncion y la santidad.

Acuérdate de la lira de VIRGILIO, que cantó nuestras glorias y moduló las quejas del amor desgraciado; sus dulcísimos y melancólicos versos conmueven el alma: él alabó la piedad, encarnada en el hijo de ANCHISES: sus combates no son menos bellos que los que se efectuaron á los pies de los muros troyanos; ENEAS es más grande y piadoso que el iracundo AQUILES: en fin, en mi sentir, VIRGILIO es muy superior al poeta de Chío.

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